Se cumplieron 101 años del “Ruido de Sables” por Dieta Parlamentaria.
Entregamos a nuestras lectoras y lectores, un árticulo del compañero Iván
Ljubetic Vargas.
Boletín Rojo.
Iván Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de Extensión e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
El 2 de septiembre de 1924,
estaba el Senado reunido discutiendo un proyecto sobre dieta
parlamentaria, consistente en cancelar a cada senador y diputado la suma de dos
mil pesos mensuales. En forma sorpresiva
llegaron hasta las tribunas de esa cámara cincuenta oficiales jóvenes
del Ejército con sus uniformes.
Ello causó profunda molestia a los
senadores, porque lo interpretaron –acertadamente- como un gesto de repudio a
la dieta. Era una clara demostración de que la joven oficialidad miraba con
malos ojos esa discusión
a que se dedicaba el Congreso
desde el 11 de agosto de ese año
Al día siguiente, concurrió un
número superior de militares, pero se les impidió ingresar a las tribunas. Entonces subieron a
las gallerías. Se hizo presente allí el ministro de Defensa, Gaspar Mora, quien
les ordenó retirarse. Los oficiales obedecieron, pero manifestaron su molestia
haciendo sonar sus sables. Este “ruido de sables”, fue el primer paso de
rebelión de la oficialidad joven de la Guarnición de Santiago.
UN COMITÉ DE OFICIALES PROGRESISTAS
El 5, se constituyó la Junta
Militar y Naval, un comité deliberante de tendencia progresista, que llegó incluso
a formar una Comisión de Difusión Obrera, encabezada por el capitán Carlos
Millán, que tuvo numerosas reuniones con con Recabarren y otros dirigentes
sindicales de la FOCH (comunistas) y con
anarcosindicalistas.
Esa Junta Militar y Naval presionó
al Parlamento, logrando que éste aprobara, sobre tabla, el día 8 de septiembre,
16 proyectos de ley sociales
–progresistas para entonces- que tramitaba hacía tiempo. (Una de esas leyes
aprobadas fue la Nº 4.057 sobre
organización sindical, que tenía por objetivo
destruir el movimiento sindical revolucionario)
GOLPE MILITAR
REACCIONARIO
El 11 de septiembre de 1924 se
produjo un golpe militar reaccionario. Tomó el poder una Junta de Gobierno retrógrada, formada por los generales Luis
Altamirano y Juan Pablo Bennett, más el
vicealmirante Francisco Neff. Desde el primer momento quedaron en claro las
profundas contradicciones entre la Junta Militar y Naval y la Junta de
Gobierno. Esta designó un gabinete constituido en su mayoría por miembros de la
Unión Nacional, coalición derechista, y
exigió la “depuración política y
administrativa del país”.
Al producirse el golpe del 11 de
septiembre de 1924, Alessandri abandonó secretamente La Moneda, se asiló en la
Embajada de Estados Unidos y desde allí envió su renuncia al Congreso. Este la
rechazó y le autorizó el uso de una licencia por seis meses, con facultad para
ausentarse del país.
La Junta de Gobierno el mismo 11
de septiembre hizo público un Manifiesto donde realizaba promesas, en
especial la de convocar a una
democrática asamblea constituyente para elaborar una nueva Constitución
Política. Pero, al día siguiente, clausuró el Congreso Nacional y aceptó la
renuncia de Alessandri, dejando nula la licencia que le otorgara el Parlamento.
CONTRADICCIONES EN EL EJÉRCITO
Cada vez era más clara la
existencia de dos posiciones contrapuestas en la oficialidad del Ejército: por
un lado, los oficiales jóvenes, con mentalidad avanzada y con un entusiasta
espíritu reformista, agrupados en la Junta Militar y Naval, y por el otro, el
sector reaccionario, encabezado por la Junta de Gobierno, que lideraba el
general Luis Altamirano.
Sin embargo, éstos últimos posaban
de progresistas y tomaron sentidas aspiraciones de los trabajadores, duramente
golpeados por la represión del Gobierno de Arturo Alessandri Palma, en
especial con la masacre de San Gregorio
y la no solución al problema de la cesantía, las alzas de precios, etc.


