En su 137º natalicio:
Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro
de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
Bartolomeo Vanzetti, nació el 11
de junio de 1888 en Villa Falleto, Piamonte. Llegó a Estados Unidos en 1908. No
pudo ejercer su oficio de confitero. Debió trabajar de picapedrero, albañil y barredor de nieve.
Siempre por jornales inferiores a los que ganaban los estadounidenses. En 1913
comenzó a activar en las filas obreras. En 1916 estalló una huelga en la
empresa Plymouth Cordge Company.
Vanzetti fue uno de sus dirigentes. Ese movimiento triunfó.
Bartolomeo leyó y estudió.
Adquirió conciencia revolucionaria. Comprendió el significado real del concepto de la lucha de clases planteado
por Carlos Marx.
CONOCE A NICOLA SACCO
En la ciudad de Boston, donde
vendía pescado por las calles, conoció a Nicola Sacco que oficiaba de zapatero.
Ambos eran anarquistas.
En mayo de 1920, la policía
secuestró, torturó y asesinó a un trabajador anarquista de apellido Salcedo e
hizo aparecer el crimen como un suicido. Vanzetti y Sacco, junto a otros
compañeros iniciaron inmediatamente la denuncia del asesinato de Salcedo.
Sacaron volantes que repartieron, culpando al FBI por la muerte del tipógrafo.
Dos días después de la muerte de Salcedo, ambos fueron detenidos.
ARBITRARIEDADES DE LA POLICÍA
Primero se les acusó de repartir
panfletos subversivos y de ser anarquistas. Después de ser culpables de dos
asesinatos. La policía se jactó de haber encontrado a dos miembros de la “banda
de anarquistas italianos” de los asaltos en Massachusetts.
Por entonces Sacco tenía 29 años y Vanzetti, 31. Ambos iban armados.
Desde el momento de su detención,
la policía cometió abusos arbitrarios y violaciones a los derechos humanos de
los detenidos. Por ejemplo, no se les informó sobre la causa de su arresto; las
armas y proyectiles que portaban no fueron manejados con los requerimientos que
rigen para los exámenes balísticos.
Se comprobó que los testigos
fueron sugestionados para que los “reconocieran” como culpables de los asaltos.
En septiembre de 1921 Sacco y
Vanzetti fueron encausados por los asesinatos de Alessandro Berardelli y
Frederick Parmenter en el asalto de South Braintree.
“¡Es una locura, somos
inocentes!”, gritó Sacco.
UN MONSTRUOSO PROCESO
El 31 de mayo de 1921 se inició el
juicio del Estado de Massachusetts contra Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti.
El juicio estuvo viciado desde sus comienzos. No se tuvo en cuenta declaraciones fundamentales que probaban la inocencia de los acusados.
A las 2,30 de la tarde del 14 de
julio de 1921, los miembros del jurado se retiraron de la sala para discutir el veredicto. Cinco
horas después, en un tiempo asombrosamente breve, ya tenía una decisión
unánime: “culpables de asesinato en primer grado”, equivalente a la pena de
muerte en la silla eléctrica.
Casi seis años después, el 23 de
abril de 1927, el juez Thayer dictó la sentencia de muerte.
LA SOLIDARIDAD
Desde el momento de su detención,
compañeros y amigos de los dos italianos formaron el Comité de Defensa de Sacco
y Vanzetti, destinado a recaudar fondos para la contratación de abogados y
otros gastos.
A medida que se conocían los detalles del monstruoso proceso, fue
creciendo la solidaridad para los dos obreros falsamente acusados de un crimen
que no cometieron. Entre los que apoyaron su causa están los escritores estadounidenses Upton Sinclair y John Dos
Pasos. En Francia, Anatole France, en una de sus últimas apariciones públicas,
pidió a las autoridades de Estados Unidos que le salvaran la vida. Filósofos,
científicos, actores, religiosos, periodistas,
historiadores, dirigentes sociales y políticos progresistas de toda la tierra
se unieron exigiendo un juicio justo. Entre ellos estaban Albert Einstein, Marie Curie, Bernard Shaw,
Orson Wells, Miguel de Unamuno.
Hubo manifestaciones obreras y protestas multitudinarias en muchas capitales y ciudades del mundo, entre otras, en Londres, Nueva Delhi, París, Roma, Buenos Aires. Se declaró una huelga internacional, que se cumplió en casi todos los países.
ASESINADOS POR
ASPIRAR AL SOCIALISMO
El 4 de agosto de 1927 el
gobernador del Estado de Massachussets denegó el pedido de indulto, mientras en
toda la tierra se alzaba una ola de protestas.
El presidente del tribunal,
Webster Thayer expresó en una de las audiencias: “Los imputados en el asesinato
son culpables de socialismo”.
A las 0,19 horas del 23 de agosto
de 1927, en la Casa de la Muerte de la prisión de Charlestown, Massachussets,
Nicola Sacco fue ejecutado en la silla eléctrica. Unos minutos después, ocurrió
lo mismo con Bartolomeo Vanzetti. Éste, antes de morir, dijo:
“¡No hay justicia para los pobres
en América! ¡Oh, compañeros míos, continuad con vuestra gran batalla! ¡Luchad
por la gran causa de la libertad y de la justicia para todos! Mi muerte ayudará
a la gran causa de la humanidad. No palidezco ni me avergüenzo de nada; mi espíritu
es todavía fuerte. Voy a la muerte con una canción en los labios y una
esperanza en mi corazón, que no será destruida!”.
OTRA TARDÍA REIVINDICACIÓN
El 23 de agosto de 1977, al cumplirse los cincuenta
años de la ejecución de los dos obreros italianos, el entonces gobernador del
estado de Massachussets, Michael Dukakis, reconoció que ambos habían sido
condenados y ejecutados por sus convicciones políticas, que eran inocentes del
crimen del que fueron acusados. Los reivindicó públicamente. Declaró que esa
fecha era “el Día de Sacco y Vanzetti”.
Se repitió lo ocurrido con los
mártires de Chicago.
¡Sólo los pueblos pueden honrar a
sus mártires y héroes!