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miércoles, 28 de mayo de 2025

En su 99 natalicio: UNA HEROÍNA LLAMADA RAMONA PARRA

 

Hoy se cumplen 99 años del natalicio de Ramona Parra, Heroína de las Juventudes Comunistas, asesinada por Carabineros de Chile, en la Plaza Bulnes de Santiago, el día 28 de enero de 1946 junto a otros cinco trabajadores.

Entregamos a nuestras lectoras y lectores del Boletín Rojo un escrito del recordado Historiador Iván Ljubetic Vargas.



En su 99 natalicio:

       

UNA HEROÍNA LLAMADA RAMONA PARRA


 

                                               Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                               Centro de Extensión e Investigación

                                               Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

                                    

 


 

                                      “ Ramona Parra, joven

                                         estrella iluminada.

                               Ramona Parra, frágil heroína,

                                         Ramona Parra, flor ensangrentada,

                                         amiga nuestra, corazón valiente,

                                         niña ejemplar, guerrillera dorada:

                                         juramos en tu nombre continuar la lucha

                                         para que así florezca tu sangre derramada”.

                                                 (Pablo Neruda: “Canto General”)

  

 

28 DE MAYO DE 1926

Fue en  la noche del 28 de mayo de 1926.  En el hogar ubicado en calle Baldomero Flores Nº 2470 de la comuna de Independencia, doña Aurelia Alarcón empezó a sentir los dolores del parto.Su esposo – don Manuel Parra- salió a buscar la matrona. Llovía torrencialmente y las calles eran un barrizal. La partera se negó a ir. Entonces,  don  Manuel –desesperado- regresó a su hogar. Le pidió a un tío que fuese a buscar un taxi. Nació la niña y el auto no llegaba.  Doña Aurelia se desangraba. Entonces don Manuel hizo una manda a San Ramón. “Le pondré Ramona a la niña si el auto llega antes que la llama alcance esto”, prometió, haciendo una cruz en la vela que había encendido al santo.

El taxi apareció en el preciso instante en que el fuego llegaba a la marca. Estuvieron  a tiempo en el hospital para que doña Aurelia se repusiera. Cumplió su manda don Manuel. Y la niña se llamó Ramona, Ramona  Aurelia Parra Alarcón.

 

INGRESA A LAS JUVENTUDES COMUNISTAS

Ramona se matriculó en el Instituto Superior de Comercio para estudiar contabilidad. 

El 15 de enero de 1944, a los 16 años de edad,  ingresó a las Juventudes Comunistas, junto con sus hermanas Flor y Olga.

Al año siguiente, entró trabajar como obrera  en el Laboratorio Recalcine, que estaba ubicado en Avenida Matta esquina Vicuña Mackenna y continuó sus estudios en cursos vespertinos. Se decidió a emplearse en Recalcine con el objeto de ayudar a la mantención del hogar y, además, para estar en contacto directo con los trabajadores y participar en el sindicato.

 

UNA MUCHACHA LINDA EN TODO SENTIDO

Quienes la conocieron personalmente la describen como una muchacha hermosa, dulce, tierna, agradable, buena amiga y excelente compañera. Inquieta y audaz. Muy responsable en el cumplimiento de las tareas. Valiente, brava en la lucha.

 

Samuel Riquelme, entonces dirigente de las Juventudes Comunistas de Santiago, evocó en el año  2001: “Yo recuerdo que nuestra organización era en ese entonces, una organización pequeña numéricamente. Éramos pocos, no era una gran Juventud Comunista... sin embargo, nuestra organización movilizaba a grandes sectores juveniles contra el fascismo. Y este es un aspecto también que yo quisiera hablar sobre Ramona. Ramona era una muchacha realmente tierna, una joven hermosa, pero -a la vez,  para emplear los términos de ahora-  era una mujer brava... brava en la lucha contra el fascismo, de una valentía realmente extraordinaria”.

 

 

 



LA LUCHA CONTRA LOS FASCISTAS

“Con esa pequeña juventud –continúa Samuel Riquelme- teníamos que salir a la calle a pelear contra el fascismo... y los fascistas... bueno... como siempre... y en esa época en que ellos estaban obteniendo algunas victorias (en la segunda guerra mundial), estaban insolentes, prepotentes y yo recuerdo que nosotros examinamos este problema en la Dirección de la Juventud, ellos se habían ganado parte de la calle.

 

Salían a la calle a aterrorizar al pueblo. Resolvimos que había que salir a enfrentar al fascismo, que ellos no podían, así no más, ganarse las calles de Santiago, ahora Ramona a pesar de sus cortos años jugó un papel importantísimo en esa lucha contra el  fascismo, un gran papel. Recuerdo algunos hechos: los jóvenes fascistas organizaron un acto desde la Universidad de Chile.

 

Hubo una manifestación callejera preparada por ellos. A la vez, todas las fuerzas antiimperialistas, antifascistas de esa época, organizamos actos de contramanifestación, de modo que hubo grandes combates en el centro de Santiago... y ahí estaba Ramona... combatiendo... siempre ella andaba con una carterista, de esas colgantes... pero nunca la andaba trayendo vacía esa carterita la Ramona, siempre la andaba trayendo con unas piedras que se usaban entonces para combatir el fascismo, puesto que ellos incluso salían armados a la calle, tenían unos cinturones con unas hebillas inmensas, con la svástica, hebillas inmensas de cobre o de bronce...”

 

COMPROMETIDA CON LA CAUSA

Ramona Parra se entregó de lleno a la causa de la construcción de un mundo mejor. Su hermana Olga la recordaba diciendo: “Quizás algún día  me case. Pero, por el momento tengo ya mi compromiso”

Era la  Encargada del Frente Femenino en el Comité Regional Santiago de las Juventudes Comunistas. 

 

OBRERA EN UN LABORATORIO

En Recalcine, Ramona trabajaba envasando medicamentos. Por su fraternidad y seriedad era querida y respetada por sus compañeras de la industria, a pesar de tener sólo 18 años. 

La mayoría de las operarias recibían y leían con atención los volantes y folletos que ella les entregaba. También concurrían a reuniones y mítines a que las invitaba. 

Estela Rozas, ex presidenta del Sindicato Recalcine,  cuenta: “Ramona andaba siempre con libros, con cuadernos, en el rato que nos quedaba después de la colación, ella escribía y estudiaba. Ella, sin dejar de ser alegre era muy seria en ese aspecto y no nos hacía caso cuando la invitábamos a conversar. Ramona trabajaba ayudar en su casa y estudiaba de noche para poder superarse y poder cumplir su anhelo de seguir hacia delante”.

 

SIEMPRE SONRIENTE

Ramona era, por entonces –relata Américo Zorrilla-,   una muchacha delgada, pálida, de rostro muy agradable. Siempre con una sonrisa a flor de labios. En la prensa apareció una fotografía suya de fines de 1945. La llevaban detenida dos carabineros a raíz de su participación en una manifestación callejera. Ella va sonriendo, con su gesto habitual”.

 

“HOY TENEMOS QUE PARTICIPAR”

El lunes 28 de enero de 1946  Ramona llegó, como siempre,  puntual al laboratorio. Se colocó su blanco delantal. Se sentó ante un largo mesón donde estaban alineados miles de frasquitos. Sus ágiles manos los iban colocando en cajitas. Sonría. Sin dejar de trabajar conversaba con sus compañeras:

- A no olvidarse que tenemos que ir esta tarde a la concentración convocada por la CTCH.    Es a las 19 horas, en  la Plaza Bulnes.  Hay que ir a solidarizar con los obreros de las oficinas salitreras Humberstone y Mapocho, que están en huelga contra los abusos de sus empresas. Hay que a protestar porque el gobierno del Vicepresidente Alfredo Duhalde les ha anulado sus personerías jurídicas de los sindicatos de ambas oficias, para favorecer, como siempre a los patrones”.

 

MARCHARON A LA PLAZA BULNES

Finalizada la jornada laboral las operarias del Laboratorio Recalcine, con el estandarte del Sindicato, marcharon hacia la Plaza Bulnes. Se integraron a la larga columna de trabajadores, que portaban banderas chilenas y rojas, estandartes sindicales, pancartas y que gritaban  combativas consignas.

Eran las 19,15 horas. La plaza estaba colmada. Veinte mil voces cantaron el Himno Nacional. Había comenzado el acto.

 

MONTADA LA PROVOCACIÓN

En la autorización para el mitín, la Intendencia de Santiago  colocó la condición ridícula, pero sobre todo provocadora, que los manifestantes sólo podían  estar en un lugar determinado de la plaza. Pero la multitud no cabía en el sitio señalado. Los carabineros daban caballazos y palos a quienes pasaban del límite fijado. Los policías, armados como para una batalla, fueron creando intencionalmente un clima de irritación, de choque, de violencia. Preparaban las condiciones para una masacre planificada con premeditación.

 

UNA VALIENTE MUCHACHA

Especialmente brutal fue el comportamiento de las fuerzas represivas en el sector frente al entonces Ministerio de Defensa.  Allí estaban, entre muchos otros, los del sindicato Recalcine.  Indignada ante la actuación de carabineros, una muchacha rubia se acercó a un oficial y protestó airadamente.  El policía respondió con un golpe que la derribó al suelo.  La joven se puso de pie y le lanzó a la cara un puñado de pasto que ha recogido en su caída. Era Ramona Parra.  El oficial  sacó su revólver y le disparó en la cabeza, hiriéndole de muerte.   Ese balazo fue el comienzo.

 

CON BALAS DE GUERRA

“En un momento determinado – relata Américo Zorrilla testigo ocular de los hechos – yo presencié desde muy cerca cuando un oficial dio una orden, los carabineros pusieron una rodilla en tierra – toda una hilera de carabineros – y apuntando hacia la masa de gente, empezaron a disparar.  Fueron varias descargas, por orden del oficial.  Quedaron muchas personas heridas, fueron seis los muertos.  Inmediatamente después de eso, los carabineros se replegaron, desaparecieron y dejaron la plaza llena de gente botada en el suelo, algunos heridos, otros muertos.  Había sangre por todas partes.  La gente que en el primer momento había arrancado, volvió ahora.  Algunos hacían parar a gritos los autos y camiones que pasaban, para llevar los heridos a la Asistencia Pública”.

 

SEIS MUERTOS EN LA PLAZA

Los seis asesinados eran trabajadores. Cuatro de ellos comunistas. Sus nombres: Manuel Antonio López, Lisboa Calderón, Alejandro Gutiérrez, César Tapia, Filomeno Chávez y Ramona Parra.

Sí. La valiente y ejemplar joven comunista, obrera de Recalcine, estaba ahí, tendida en la vereda. Pálida, más pálida que de costumbre. Era la palidez de la muerte. En su sien  un círculo, una perforación nítida, sin que saliera sangre de ella. A su lado, de pie, una  hermana y otros jotosos. La miraban con dolorosa impotencia.

 

EN LA POSTA CENTRAL

Ramona  fue conducida a la Posta Central. Una persona que estaba allí relata: “Lo más terrible fue la llegada de la gran dirigente de las Juventudes Comunistas, compañera Ramona Parra, que venía con una    profunda herida a bala en la cabeza.

 

 


La masa encefálica la traía prácticamente deshecha, como si una tropa de caballos hubiera pasado por encima de ella. Murió a los quince minutos de haber llegado, en medio de la indignación y consternación de los médicos y practicantes”. 

 




ESCRIBE “EL  SIGLO”

El miércoles 30 de enero de 1946 “El Siglo” escribió: “Ahora están en la morgue, desnudos y serios. Están tendidos en bandejas entre las heladas paredes blancas... Está Ramona con el cuerpo nacarado y ceroso, con un tiro caminando de sien a sien y los cascos de los caballos impresos en el cráneo. Es duro contemplar, tendida y fría, a una niña de ojos amoratados por los golpes. Es doloroso comprender, 20 años truncados de una obrera, y saberlos repletos de anhelos y proyectos”.

  

LA LUCHA CONTINÚA

Superando el terror y la sorpresa inicial, los trabajadores reaccionaron con indignación. Muchos de ellos empaparon sus  pañuelos, camisas, hojas de periódicos y las enarbolaron como banderas. Marcharon por las calles céntricas de Santiago. No se veía ni un carabinero. Las masas eran dueñas de las principales vías de la capital. Pero, a pesar de tanto odio acumulado, actuaron con enorme  disciplina y responsabilidad.

 

CHILE ENTERO CONTRA EL CRIMEN

Ese mismo  miércoles 30 de enero de 1946, desde tempranas horas los trabajadores chilenos, convocados por la CTCH, paralizaron sus labores en repudio a la represión del gobierno de Duhalde. También, en la tarde de ese miércoles 30, tuvieron lugar los funerales de las seis víctimas de la masacre perpetrada en la Plaza Bulnes. El velatorio se había efectuado en el local de la CTCH, ubicado en calle Santo Domingo 1887. De ahí partió el multitudinario cortejo. Marcharon las columnas con banderas rojas y estandartes  sindicales. Llegaron al Cementerio General. En el Mausoleo del Sindicato de Cristalerías Chile fueron depositados los seis féretros.

Ahí descansan los restos de la heroína juvenil, Ramona Parra.

 



NO AL OLVIDO

La de la Plaza Bulnes es una de las 55 masacres  perpetradas por la reacción en el siglo XX. No puede ser olvidada.

Como  canta el poeta:

 

         “Aunque los pasos toquen mil años este sitio,

           no borrarán la sangre de los que aquí

           cayeron.

           Y no se extinguirá la hora en que caísteis,

           aunque miles de voces crucen este silencio.

 

            La lluvia empapará las piedras de la plaza,

           pero no apagará vuestros nombres de fuego.

            Mil noches caerán con sus alas oscuras,

           sin destruir el día que esperan estos

            muertos”.

 

 

LAS  BRP

Las Juventudes Comunistas no han olvidado a su heroica militante. El Quinto Congreso Nacional, celebrado  entre el 8 y 13 de febrero de 1966, acordó en su homenaje crear las Brigadas de Propaganda Ramona Parra, las combativas BRP. También  le dieron el nombre de “Ramona” a la revista dedicada a la joven generación,   que se  publicó entre 1971 y 1973.

Ramona Parra sigue viviendo en los corazones comunistas, de los  jóvenes de las Juventudes Comunistas y en los jóvenes del Partido, porque un comunista es joven hasta la muerte.