Este blog tiene por finalidad dar a conocer la recopilación de algunos materiales como boletines, revistas, diarios, documentos, etc., que contribuirán en parte a mantener viva la memoria histórica del pueblo chileno, como asimismo la de algunos paises que conjuntamente a sus organizaciones han contribuido a la lucha por la liberación de la humanidad y la lucha por la conquista del socialismo y comunismo a nivel mundial. (BLOG DEDICADO A LOS 100 AÑOS DEL PARTIDO COMUNISTA DE CHILE.1912-2012)
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martes, 16 de diciembre de 2025
JORGE MUÑOZ POUTAYS
A 92 AÑOS DE SU NATALICIO:
Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro
de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
Conocí a Jorge Muñoz a comienzos
de 1958, en el III Congreso de las
Juventudes Comunistas de Chile cuando ambos fuimos elegidos miembros del Comité
Central. Por entonces él estudiaba ingeniería en la Universidad de Chile. Tenía
amplios conocimientos del marxismo. Era
flaco, usaba anteojos; serio, quizás demasiado serio, pero muy fraternal y
solidario. Trataba constantemente de ayudar a sus camaradas. Siempre con ropas
livianas y algún libro en sus manos.
SUS INICIOS
Jorge Muñoz Poutays nació el 16 de
diciembre de 1933. Fue el mayor de tres hermanos. Siendo un excelente alumno,
cursó sus estudios secundarios en el Internado Nacional Barros Arana. Estudió
en la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile. Donde se tituló de
Ingeniero Civil, a la edad de 22 años. Ingresó a las Juventudes Comunistas. En
el III Congreso Nacional, efectuado en enero de 1958 fue elegido miembro del
Comité Central de las JJ CC.
En 1959 conoció a Gladys Marín,
con quien se casó en 1963. Tuvieron dos
hijos. Rodrigo y Álvaro.
EN EL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO
En la VII Conferencia Nacional de
las Juventudes Comunistas, realizada en
el año 1965, fue promovido al Partido,
incorporándose como miembro de la Comisión de Control y Cuadros del Comité Central.
En el XVIII Congreso Nacional del
Partido Comunista, celebrado en Santiago del 23 al 29 de noviembre de 1969, fue
elegido miembro de su Comité Central.
Después del golpe fascista, se
integró a la lucha contra la dictadura. Formó de la parte primera dirección
clandestina del Partido Comunista, que encabezaba el compañero Víctor Díaz López, ocupando el cargo de Relaciones,
Universidad, Profesionales y Cultura. Su chapa era “Carlos”. Su enlace, la
compañera Marta Fritz.
CALLE CONFERENCIA
El día 4 de mayo de 1976 fue
detenido, alrededor de las 20,30 horas, en calle Conferencia 1587, en un
operativo de la DINA durante el cual fueron arrestados también otros cuatro altos dirigentes del Partido
Comunista: Mario Zamorano Donoso, Jaime Donato Avendaño, Uldarico Donaire
Cortés y Elisa Escobar Cepeda.
Poco, después, el compañero Víctor
Díaz fue detenido, el 12 de mayo, en una casa de Bello Horizonte 979, en Las
Condes.
Estos héroes de la primera
dirección clandestina del Partido Comunista
fueron conducidos al cuartel de
Simón Bolívar 8630, de la Brigada Lautaro
de la DINA, lugar de exterminio, donde
fueron salvajemente torturados y asesinados.
RECUERDOS DE SU HIJO ÁLVARO MUÑOZ MARÍN
Los Lleuques. Febrero de 1976.
Como Jorge, nuestro papá, estaba
clandestino, se preparaba con meses de antelación la salida a vacaciones. En la
coordinación siempre presente la tía Marta Friz (la mejor amiga de mamá), junto
a los tíos Ricardo Lobos (exonerado político de Tesorería General de la
república el mismo 11 del
En febrero de ese año nosotros,
Rodrigo y yo, estábamos de vacaciones, como todos los veranos, en el campo de
nuestros abuelos paternos, con quienes vivimos a partir del 11 de septiembre
del
Con Rodrigo hicimos los bolsos y
al otro día a las 6 AM en pie junto a Patricio viajamos a San Fernando, donde
tomaríamos el tren rumbo a Concepción. Aquí, nos esperaba Jorge en el terminal
de trenes y tomamos el auto junto a tío Ricardo para partir rumbo a los
Lleuques, donde nos esperaban el resto de la “tropa”.
Tía Silvia, se había conseguido
una casa de una amiga profesora, donde estaríamos 14 días. En esa cabaña, de
tres piezas, dormíamos 9 personas. En una pieza tías Silvia y Marta, en otra
Ricardo, Mauricio, Patricio e Iván (los primos Lobos Marín) y en la última
nosotros con nuestro viejo. Tío Ricardo sólo pudo estar el fin de semana, tenía
que volver a trabajar.
Hicimos de todo, caminar, ir a
pescar, intentar buscar el río toda una mañana y no encontrarlo. Todos los días
nos bañábamos, jugamos pichangas los Lobos Marín contra los Muñoz Marín, donde
nuestros primos nos ganaron en un divertido y picado partido.
También, nos colocábamos en una
loma a ver les estrellas y él, mi viejo, nos enseñaba el nombre de las
estrellas o alguna constelación. Cantábamos, a él le gustaba “canto a pampa… y
otras de caballos.
Estar en esos hermosos lugares del
sur, apartados de todo, pero siempre con el cuidado de que no fueran a ver
nuestro papá. Era un espacio, en nuestro país, alejado de las persecuciones,
detenciones, exilio, era un espacio donde nos cargábamos de buenas energías del
papá y él de sus hijos, acompañados de esta gran familia que se exponían sólo
por nosotros.
El estar con él ya era un cariño
para mí, verlo reír, conversar, llamarme la atención cuando era necesario,
disfrutar de la tierra, sus árboles…el último día yo no quería lavarme el pelo,
lleno de tierra, y mi viejo me dijo…” Ya, trae agua y lavatorio” y bajo un sol
radiante y entre grandes pinos me lavó el pelo…y esto fue algo que nunca
olvidé”.
MARTA FRITZ SOBRE JORGE MUÑOZ
En acto del CEILER en homenaje a Gladys Marín, habla Álvaro Muñoz Marín,
a su derecha Reynaldo Morales; a su izquierda, Cristina Lártiga y Marta Friz
Marta Fritz narra: “Conocí a
Jorge, a través de Gladys, mi amiga, compañera y hermana. Me contó que se había
enamorado del joven ingeniero, que conoció en la población La Victoria, al
comienzo de los 60. Como era su costumbre hacer chistes, me dijo "lo único
malo, que es cojo”, "no importa le dije, más importante es que es un
hombre inteligente”.
Yo visitaba a Gladys en su casa,
por supuesto que allí me topaba con Jorge, observaba que él, a diferencia de
Gladys era más reservado, más serio, gustaba de la buena música, de la poesía,
al comienzo yo le guardaba mucho respeto porque él era del Partido.
Varios años hicimos vacaciones
juntos, un grupo de la jota, con sus hijos, nosotros lo llamábamos
"comandante", él era muy disciplinado, muy querendón de sus hijos y
protector de Gladys. Ella siempre me declaró que, con él, ella siempre se
sintió segura.
Juntos estuvimos en San Fabián, en
Lonquimay, en dos ocasiones. Estas salidas y vivencias de conjunto estrecharon
nuestra amistad. Él siempre me aclaraba
la situación política, me precisaba las razones de fondo de cada suceso,
con mucha paciencia.
Tras el golpe militar, me debí
contactar con Gladys, con sus hijos y también con él.
Ya en nuestros primeros
encuentros, tanto, directos, como a través de enlaces, él fue enfático, en
aclararme que tomara como primera tarea a sus hijos y los padres de él, la señora
Juanita y a don Onofre. Por supuesto que también tenía vínculos con Gladys en su clandestinidad
inicial y luego en su asilo en la embajada de Holanda. Así por mi intermedio se
enviaban las cartas, los recados, los mensajes en diversas formas
Pasado un tiempo, a pesar de lo
delicado de la situación, nos hicimos el propósito del encuentro con sus hijos,
Álvaro y Rodrigo, en especial, cuando Gladys logra salir al exilio.
Ambos ya me habían dicho
firmemente que se oponían a que sus hijos salieran del país, pues aspiraban que
se pudieran criar en el ambiente familiar constituido por la familia de Jorge y
la de Gladys. Ellos, por sus responsabilidades y la trágica situación del país
tenían claro lo difícil que sería para ellos hacerlo en la clandestinidad o
fuera del país. Gladys, por su agitada vida en el exterior y su reingreso
clandestino a Chile en 1978 era imposible, que pudiera ofrecer un hogar
mediamente normal a sus hijos. Esta resolución, no siempre fue entendida por
algunas personas. Yo me mantuve firme y se cumplió lo que ellos me indicaron.
Con todos los cuidados del caso,
con la ayuda de queridos compañeros, comenzamos a vernos con los niños. Un gran
rol cumplió ex compañeros de la Universidad de Jorge, Ricardo su cuñado, junto
a Silvia, la hermana de Gladys. Todos se esmeraron en que sus hijos pudieran
tener una vida normal –dentro de la anormalidad dictatorial. Logramos tener
fines de semana juntos, comiendo como familia, donde Silvia se esmeraba en
cocinar platos ricos.
Jorge – asumiendo muchas medidas
de seguridad – buscaba con apoyo de Ricardo armar formas de encuentro con los
niños. Armaban partidos de futbol, caminatas u otros juegos. También Jorge les
enseñaba diversas cosas, controlaba indirectamente sus estudios. Cada vez que
nos lográbamos encontrar, conversábamos lo que podríamos hacer más tarde, otros
posibles encuentros, lugares, apoyos para ello.
Con Jorge también realizaba
labores de enlace con otros compañeros.
Él me entregaba tareas. Recuerdo una de ellas, en que debía traerle un
teléfono. No debía anotarlo. No lo encontré difícil. Pero, no hice más que
llegar a la casa de encuentro con Jorge, él me pide el número. Lo había
olvidado. Él me dice comienza a recordarlo, porque no te puedes ir, sin
entregármelo. Escribe, me dice, ¿pero ¿qué voy a escribir, le respondo, sino me
acuerdo? Escribe números. Nerviosa ponía números, los combinaba. El esperaba,
pasaba el rato. Yo repetía, no me acuerdo. El insistía ¡escribe! y así seguí.
De repente, salió un número, éste, éste, indiqué. Con toda su calma me dijo:
espera. Lo anotó, salió, volvió. Ese era el número, nos abrazamos. Ahora
sonreía.
Él era muy estricto con la hora.
Creo que nosotros - los que trabajamos en clandestinidad -logramos entender lo
importante que es la puntualidad. Los chilenos
por naturaleza no somos puntuales. Así fue, como en una ocasión me llamó
fuertemente la atención, por atrasarme unos minutos.
Al comienzo yo le preguntaba:
¿cuánto tiempo durará esta situación?- un par de años, era su respuesta. Fuimos
ilusos al comienzo en ello.
En el 75, por su orden salí a reunirme con Gladys a
Colombia donde residía su madre, Adriana Millie, una gran mujer, maestra,
directora, madre de cuatro hijas. De ella heredó Gladys su inteligencia y
consecuencia.
Él me dio un verdadero decálogo de
instrucciones: reserva, observar la naturalidad al actuar, que no trajera nada
conmigo. Todo guardado en la cabeza y la advertencia, si me detenían, “debes aguantarte mínimo dos días”,
así alcanzamos a mover la dirección interior. Sólo dos días, me repetía.
Felizmente, todo salió bien, estuvimos un mes juntas con Gladys, inolvidable.
Así continuamos juntos en diversas
tareas, hasta el fatídico 4 de Mayo del 76, cuando detienen a Jorge. Fue horrible. Llegó la
compañera que era enlace. Él le había dicho: “si no llego las 17 horas, tú
avisas a Marta”.
Ella, con fiebre, una fuerte
bronquitis, llegó deshecha. Para mí fue un golpe terrible. Me acompañó a avisar
al compañero con el que me contactaba. El insistía en tranquilizarme. Yo
digo, presentemos un recurso de amparo,
él me dice no todavía no. Aviso a su hermano, Mario, con quien también tenía
contacto. No dormí esa noche. Al día siguiente camino al liceo donde hacía
clases en Recoleta, me topé de casualidad, con Isolina – la compañera de Mario
Zamorano - nos abrazamos, a ella también
le habían dicho lo mismo, “esperar”. No había nada que esperar los hechos
estaban consumados.
Mil acciones realizamos por saber
algo, sobre su paradero. Viví el sufrimiento de sus padres, ya ancianos, de los
niños, que buscaban no exteriorizar mucho sus sentimientos. Fue un golpe a toda
la familia de Jorge y la de Gladys.
Acudimos a todos los medios posibles, pensando conseguir algún dato, nada, un
calvario. Cuando Gladys ingresa clandestina, siempre mirábamos a las
personas que pedían limosnas, a
enfermos, pensando “a lo mejor lo torturaron y lo tiraron a la calle”.
El golpe final, fue cuando se
logra saber que había estado en el Cuartel Simón Bolívar, a cuarenta y tantas
cuadras de la casa de sus padres hacia el oriente.
Honor y gloria, a Jorge, mi amigo
y compañero. Marta”.
(Marta Fritz:
Testimonio escrito. Santiago, 26 de septiembre de 2017)
GLADYS MARÍN AL MINISTRO JUAN
GUZMÁN
Siendo Secretaria General del PC, Gladys Marín,
entregó el 21 de mayo de 2001 un escrito al ministro de fuero Juan Guzmán en el
que pide que se cite a declarar al general (r) Manuel Contreras y se le caree
con el general Carlos Salgado, quien representó al Ejército en la mesa de
diálogo. Ello, luego de las últimas declaraciones de Contreras a TVN, sobre
casos de violaciones a los derechos humanos y el paradero de detenidos
desaparecidos.
En el documento se especifica que
el ex director de la Dina debe declarar y entregar al ministro Guzmán los antecedentes
concretos que posee respecto a que el ingeniero Jorge Muñoz, esposo de Gladys
Marín y quien figura como detenido desaparecido, se encontraría vivo y
residiendo en el extranjero, tal como lo afirmó en la entrevista. También,
busca que ratifique sus declaraciones respecto a que el desaforado senador
vitalicio Augusto Pinochet sabía perfectamente de cada procedimiento de la
DINA, y que era el responsable superior del organismo, razón por la cual se
reunía a diario con Manuel Contreras.
QUERELLA DE GLADYS MARÍN INICIA EL CASO PINOCHET
El caso de calle Conferencia dio
inicio al caso Pinochet, en enero de 1998, cuando la secretaria general del
Partido Comunista, Gladys Marín, interpuso una querella por la desaparición de
8 dirigentes, entre los cuales está su esposo, Jorge Muñoz. Allí se encuentran
procesados el coronel (r) Marcelo Moren Brito, el coronel (r) de Carabineros,
Guillermo Lawrence Mires, al oficial (r) Eduardo Garea y el agente civil
Osvaldo Pincetti Gac.
En el caso calle Conferencia, el Juez Juan Guzmán Tapia decidió sobreseer
definitivamente al ex director de la DINA general (r) Manuel Contreras por el
caso Calle Conferencia, donde se investiga la desaparición de la primera dirección clandestina del Partido Comunista tras el golpe fascista
dicta sobreseimiento definitivo a Contreras.
Ello con fecha 21 de junio de
2002.
Gladys Marín reclamó por
sobreseimiento de Contreras en 'calle Conferencia'. La secretaria general del
Partido Comunista, Gladys Marín, calificó como una “aberración jurídica” el
sobreseimiento definitivo del ex jefe de la DINA Manuel Contreras Sepúlveda en
el caso Calle Conferencia, que investiga el ministro de fuero Juan Guzmán
Tapia.
La dirigente del PC explicó que no
culpaba al juez Guzmán de la exoneración de Contreras, pues, dijo, al
magistrado “no le quedaba otro camino”.
Esto, ya que el procesamiento contra el ex jefe de la DINA que había
dictado el magistrado fue revocado por la Corte de Apelaciones de Santiago el 9
de febrero del 2001, aplicando la causal de cosa juzgada.
La querella por el secuestro del
esposo de Gladys Marín fue la primera acción legal interpuesta contra el
general en retiro y senador vitalicio desaforado Augusto Pinochet Ugarte,
mientras este permanecía detenido en Londres.
Con la exoneración de Contreras en el caso,
sólo quedan procesados los excoroneles Marcelo Moren y Ricardo Lawrence; el ex
suboficial Eduardo Garea y el civil Osvaldo Pincetti
En el Caso Conferencia los querellantes apelan por sobreseimiento de
Contreras.
El abogado querellante en el caso
Calle Conferencia, Nelson Caucoto, apeló ante la Corte de Apelaciones de
Santiago el 25 de Junio de 2002, por la resolución del ministro de fuero Juan
Guzmán de sobreseer al ex director de la disuelta DINA, general (R) Manuel Contreras.
El magistrado cerró el proceso en
contra de Contreras aplicando el principio de "cosa juzgada",
ratificando una resolución similar del tribunal de alzada capitalino. En este caso se indaga la desaparición de
dirigentes comunistas detenidos el 4 de mayo de 1976 en Conferencia 1587. Entre
las víctimas se encuentra Jorge Núñez (esposo de Gladys Marín) Mario Zamorano
Donoso, Jaime Donato Avendaño, Uldarico Donaire Cortés y Elisa Escobar Cepeda.
¡HONOR Y GLORIA ETERNA A LAS HEROÍNAS Y LOS HÉROES CAIDOS EN LA LUCHA
ANTIFASCISTA!
REINALDA PEREIRA HEROÍNA ANTIFASCISTA
A 49 años de su secuestro:
Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro
de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
Reinalda del Carmen Pereira Plaza nació en Viluco,
Maipo, el 5 de mayo de 1947. Era de origen campesino.
Su familia emigró a Santiago desde
su natal Viluco cuando ella era una niña. A los 16 años finalizó sus estudios secundarios en el Liceo 11.
Intentó estudiar Medicina pero por
falta de recursos debió ingresar a Tecnología Médica de la Universidad de
Chile. El padre, Luis Pereira Lobos, había fallecido cuando Reinalda era una
niña. Su madre, Luzmira Plaza Medina, de
origen campesino, trabajaba como empleada doméstica en una casa de Providencia.
Fue la primera de su familia en
acceder a la educación superior, motivo de gran orgullo para su madre. Se
especializó en hematología y transfusiones sanguíneas. Egresó de la
universidad, en 1969.
Entró a trabajar en la Escuela
Dental y luego en el Hospital Sótero del Río. Ingresó a militar en el Partido
Comunista.
Tuvo una activa participación
gremial logrando desempeñarse como delegada de personal de su especialidad,
luego secretaria de la Federación de Profesionales y Técnicos de la Salud
además como dirigente de la Asociación de Tecnólogos Médicos. Contrajo
matrimonio con el kinesiólogo Max Santelices en julio de 1973.
Maximiliano Santelices y Reinalda
El 15 de diciembre de 1976
Reinalda, habiendo finalizado en el laboratorio clínico ubicado en el pasaje
Matías Cousiño, en el centro de la capital, fue llevada por su amiga Cristina
Arancibia, en su citroneta a la comuna de Ñuñoa. La dejó en la esquina de las
calles Exequiel Fernández con Rodrigo de Araya, debía esperar movilización colectiva.
Allí estaba cuando alrededor de
las 20:30 horas, en forma sorpresiva se detuvo un automóvil marca Peugeot
patente HLN-55. Se bajó un agente de la
DINA, que la tomó violentamente por la espalda. Reinalda
se aferró al poste de un semáforo, dando gritos de auxilio.
En esos instantes descendió un
segundo sujeto del mismo vehículo, y entre ambos redujeron a viva fuerza a la
afectada introduciéndola al interior del auto. Reinalda gritó pidiendo auxilio,
repitiendo "sálvenme".
Dos personas, miembros de la
Escuela Militar, que pasaban por el lugar intentaron socorrerla. Fueron
violentamente repelidos con los gritos “En estos no se metan”.
Una vez reducida la víctima y
materializada la detención, el automóvil se dirigió por Rodrigo de Araya en
dirección al norte.
Reinalda fue trasladada al cuartel
secreto de exterminio Simón Bolívar. En
ese lugar operaba la Brigada Lautaro, encabezada por el entonces capitán de
Ejército Juan Morales Salgado. Posteriormente se sumó el grupo Delfín, encabezado
por el entonces capitán de Ejército Jorge Barriga y el teniente de Carabineros
Ricardo Lawrence, que también eran parte de la DINA y que provenían de Villa
Grimaldi, otro de los más cruentos centros de detención del organismo
comandando por Manuel Contreras.
Se debe hacer presente que, recién
en el mes de marzo de 1977, se llegó a determinar las circunstancias de la
detención de Reinalda del Carmen Pereira, en virtud de las propias gestiones
que realizaron tanto su marido Maximiliano Santelices, como su madre Luzmira
Plaza Medina.
Lo ocurrido con Reinalda en el
campo de exterminio de Simón Bolívar 8630, se ha podido conocer debido a las
declaraciones de agentes de seguridad procesados en la investigación que
realizó el juez Víctor Montiglio a partir de 2007.
A esto se suma el testimonio de
Jorgelino Vergara, quien tenía 16 años al momento de los hechos y que llegó a
Simón Bolívar tras trabajar como “mozo” en la casa de Manuel Contreras.
El testimonio de Vergara, recogido
en extenso en la investigación periodística La danza de los Cuervos de Javier
Rebolledo, explica en detalle el tránsito de la militante del PC por Simón
Bolívar. De acuerdo con este relato,
cuando Reinalda ingresó al cuartel, Vergara vio a una mujer embarazada
(desconocía su nombre) que era torturada en la parrilla –una cama, generalmente
metálica, en que los detenidos eran maniatados y sometidos a vejámenes.
El “mocito” (como se le decía)
también fue testigo de cómo Barriga y Lawrence golpeaban a Reinalda con
distintos objetos. “A esa mujer la torturaron brutalmente, y ella clamaba para
que pararan porque decía que estaba embarazada. La teniente Calderón chequeó
que eso era efectivo, pero igual el capitán Barriga siguió con las torturas y
la corriente. Estaba en muy mal estado y empezó a pedir que la mataran”.
Reinalda se encontraba
en su sexto mes de embarazo, desde entonces forma parte de la lista de
detenidas-desaparecidas. Nada se sabe de la suerte corrida por el bebé que
estaba esperando.
El secuestro de Reinalda Pereira
formaba parte de un siniestro operativo de la dictadura fascista, parte de una
feroz ofensiva de la tiranía contra el Partido Comunista en el año 1976.
EL CASO DE LOS TRECE
Entre el 29 de noviembre y el 20
de diciembre de 1976, fueron detenidas por agentes de seguridad trece personas:
once pertenecientes al Partido Comunista -algunos de ellos miembros de su Segunda
Dirección Clandestina- y dos al Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR).
Los procedimientos que se
utilizaron para detenerlos guardan semejanzas entre sí, particularmente en el
hecho de que sus arrestos se realizaron en la vía pública, salvo en un caso,
destacándose que el grueso de las detenciones se verificó el día 15 de
diciembre de 1976, afectando en ese sólo día a siete personas. Y la otra nota
común en sus situaciones, se relaciona con la información que proporcionó
oficialmente el gobierno militar, en el sentido que prácticamente todos
registraban salida de Chile a Argentina entre fines de diciembre de 1976 o a
principios de enero de 1977.
La falsedad de esta versión fue
establecida judicialmente a través de peritajes, testigos e inspecciones
personales.
Las trece personas desaparecidas
son: Santiago Edmundo Araya Cabrera, militante del MIR, detenido el 29 de
noviembre de 1976; Armando Portilla, militante del Partido Comunista, detenido
el 9 de diciembre de 1976; Fernando Alfredo Navarro Allende, detenido el 13 de
diciembre de 1976; Lincoyán Yalú Berríos Cataldo, Horacio Cepeda Marinkovic,
Luis Segundo Lazo Santander, Juan Fernando Ortiz Letelier, Reinalda del Carmen
Pereira Plaza, Waldo Ulises Pizarro Molina y Héctor Véliz Ramírez, todos ellos
militantes del Partido Comunista, detenidos el 15 de diciembre de 1976;
Lizandro Tucapel Cruz Díaz, militante del Partido Comunista y Carlos Patricio
Durán González, militante del MIR, ambos detenidos el 18 de diciembre de 1976;
y Edras de las Mercedes Pinto Arroyo, comunista, detenido el 20 de diciembre de
1976.
CINISMO FASCISTA - COMPLICIDAD DE PRENSA
Cuando se fue conociendo que la dictadura utilizaba el método de “Noche y Niebla” de los nazistas, los fascistas de Pinochet lo negaron. Sostuvieron que era una “felonía marxista”. Mintieron descaradamente. Como lo hacen hoy sus admiradores. Y prensa reaccionaria y rastrera, entre otro estaban “El Mercurio”, “La Tercera” y “La Segunda”.
Aquí va un ejemplo de fecha 9 de febrero de 1977:
¡Honor y Gloria eterna a Reinalda Pereira y a todas las heroínas y
héroes que cayeron en la lucha antifascista!
ORLANDO MILLAS CORREA
En su 107 natalicio:
Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de Extensión e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
Conocí personalmente al compañero Orlando Millas en Temuco hacia 1964. Participó en una reunión del Comité Región Cautín del Partido Comunista, del cual yo era miembro. Me impresionó su intervención muy clara, con ejemplos muy bien venidos al tema. Era un verdadero ideólogo marxista. Sentí una gran admiración, además, por su sencillez y su cordialidad. Pero no lo vi bailar cueca.
Quien recordaba haberlo visto bailar cueca en Temuco
era mi compañera Marcia. Lo evocaba en un curanto, organizado por los
compañeros comunistas de esa ciudad, bailando con enorme entusiasmo, dando
grandes saltos y agitando el pañuelo. Estaban en un segundo piso y hacía remecer
el suelo de madera de la pieza. Parecía que la casa se venía abajo.
SUS INICIOS
Nació en Santiago de Chile, el 14 de diciembre de
1918, hijo de don Columbano Millas
Recabarren y de la señora Laura Correa Merino.
Se casó en Santiago, el 7 de agosto de 1943, con
Amalia Adriana Pérez Ibáñez.
Tuvieron tres hijos. Adriana, la menor, nació en
Moscú, el 29 de mayo de 1961.
Realizó sus estudios primarios y secundarios en el
Instituto Nacional, en el Liceo Nocturno Federico Hansen y en el Liceo
Balmaceda. Después ingresó a las Escuelas de Leyes de la Universidad de Chile.
BRILLANTE
PERIODISTA
Trabajó en la Contraloría General de la República
entre 1933 y 1943. Pero a lo que verdaderamente se dedicó fue al periodismo,
desarrollando una brillante carrera.
Desde
En su juventud fue militante y dirigente de la
juventud socialista. Posteriormente con otros notables dirigentes como
César Godoy Urrutia se incorporaron al
Partido Comunista.
Trabajó como redactor de ‘El Siglo’ entre 1942 y 1945,
siendo su director en 1952.
En los años 1946 y 1947 fue invitado por el gobierno
boliviano para escribir crónica sobre ese país. Viajó por Europa, enviando artículos desde Francia,
Checoslovaquia, Austria e Italia.
Durante el Gobierno de González Videla fue detenido y
enviado relegado a Putre, aldea indígena ubicada en el norte del país a
En 1952 participó en la Conferencia Económica
Internacional, celebrada en Moscú.
En el XIV Congreso Nacional del Partido, realizado
clandestinamente en el balneario de Cartagena en abril de 1956, Orlando Millas,
mostrando su madurez política se opuso al erróneo cambio de la fecha de
fundación del Partido Comunista. Defendió el 4 de junio de 1912. Pero la
mayoría impuso la del 2 de enero de 1922. Fue ese un craso error del Congreso
de 1956.
DIPUTADO
EJEMPLAR
En 1961 fue elegido diputado comunista por la Séptima Agrupación Departamental Santiago, el Tercer Distrito. Integró la Comisión Permanente de Constitución, Legislación y Justicia. Siendo reelecto diputado por la misma Agrupación y Distrito por el período 1965 – 1969. Integró siempre la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, además de la Comisión Permanente de Relaciones Exteriores.
En 1969 fue reelegido por tercera vez por la misma
Agrupación y Distrito por el período 1969 – 1973. Fue primer vicepresidente de
la Cámara. Integró la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, además
de la de Vivienda y Urbanismo, que presidió.
DENTRO Y
FUERA DEL PARLAMENTO
Se hizo famoso por sus intervenciones en la Cámara.
Siempre muy bien argumentada, con muchos datos, apasionadas, elocuentes y
brillantes.
Fue un diputado con mucha llegada a la gente, muy
ligado a la gente. El compañero Pedro Cabezas, que fue regidor y alcalde
comunista de La Granja, siempre me hablaba con mucha admiración del camarada
Orlando Millas. Jamás faltó a una invitación que se le hacía, fuera de la Municipalidad, de alguna organización
social, sindical o del Partido. Y nunca se negó a bailar cueca. Lo hacía mal,
pero le ponía color y era muy aplaudido.
EN LAS
CONVERSACIONES CON EL PDC
Orlando Millas jugó un
importante papel, representando a
la Unidad Popular, en las conversaciones con la Democracia Cristiana, previas
al Congreso Pleno que debía proclamar a uno de los dos candidatos que habían
obtenido las dos primeras mayorías relativas en las elecciones del 4 de
septiembre de 1970: Salvador Allende y Jorge Alessandri.
Salvador Allende fue proclamado Presidente de la
República por el período 1970-1976 con los votos de la Unidad Popular y del
Partido Demócrata Cristiano.
MINISTRO DEL GOBIERNO POPULAR
No alcanzó a terminar el tercer período como diputado, pues el presidente Salvador Allende lo nombró, con fecha 17 de junio de 1972, Ministro de Hacienda, cargo que desempeñó hasta el 11 de enero de 1973. Además lo designó Ministro de Economía interino, desde el 29 de diciembre de 1972 hasta el 5 de julio de 1973. Fue también Ministro subrogante de Hacienda, siendo Ministro de Economía, Fomento y Reconstrucción del 4 de mayo al 9 de agosto de 1973. Con valor y decisión enfrentó los continuos ataques de los momios.
ESTUDIOSO Y
EDUCADOR
Dedicó muchas horas al estudio. Y realizó notable obra
de difusión tanto de la teoría marxista como de los problemas de la
contingencia. Escribió muchos artículos en ‘El Siglo’ y la revista
‘Principios’. Además de libros y folletos. Entre sus obras tenemos: “El antimilitarismo de Diego Portales”, “La
prensa chilena”, “De O’Higgins a Allende”, “El humanismo científico de los
comunistas”, “Una política para la juventud trabajadora”.”Memorias.1957-
Además, fue un consecuente gremialista. Desempeñó el
cargo de director del Círculo de
Periodistas durante dos períodos consecutivos, siendo además secretario
general. Estuvo entre los fundadores del Colegio de Periodistas de Chile.
Foto histórica:
El general Carlos Prats, el Presidente Salvador
Allende, el Ministro Orlando Millas y el
General Alberto Bachelet
EN EL EXILIO
Después del golpe fascista del 11 de septiembre de 1973, logró asilarse en la Embajada de Holanda y salir al exilio. Formó parte del segmento exterior de la Dirección del Partido Comunista, desde realizó una tesonera labor teórica y práctica, a pesar de una enfermedad que le afectó seriamente.
Me encontré con él en varias reuniones de los
dirigentes del Partido en Europa y del exterior, en diferentes capitales del
mundo.
La última vez que lo vi fue en un Encuentro que
tuvimos en Praga, entonces capital de Checoslovaquia. Recién había salido su
libro “De O’Higgins a Allende”.
Le solicité que me lo dedicara y escribió lo
siguiente: “Es con modestia que dedico estas páginas a Iván, que ha hecho tanto por impregnar de
recabarrenismo nuestras inquietudes, rebeldías y luchas de hoy. Tiene la razón y en algo el presente libro reafirma
esa convicción”.
Debajo de su firma la fecha: Praga, 25 de abril de
Estas líneas lo muestran como era: modesto, como sólo
los grandes hombres lo pueden ser.
LE IMPIDIERON ASISTIR AL “XV” CONGRESO
Conocida la Convocatoria al llamado “XV” Congreso, aún
enfermo sólo deseaba participar en él en
su calidad de miembro del Comité Central. Pero
no pudo hacerlo.
En el tomo IV de sus Memorias escribió: “Cuando a
comienzos de 1989, se preparaba el XV Congreso Nacional de Partido Comunista de
Chile tuve también una hospitalización en la Clínica de la Facultad de Medicina
de la Universidad Erasmo de Rotterdam, el centro académico Dijkzigt. Fui
revisado escrupulosamente, se me hizo una broncoscopia profunda y se me extrajo
biopsias pulmonares. Obtuve entonces la
confirmación de mi diagnóstico, un tratamiento y la conformidad de los
facultativos para viajar a Chile.
Me dirigí a Berlín, donde en el Consulado General de
Chile se me extendió el pasaporte. Estas Memorias que estaban recién en su
primer tramo, permanecieron abandonadas. Mi deber superior, como miembro de la
Comisión Política de mi Partido, era responder de mis actuaciones en calidad de
tal y entrar en el debate del Congreso. Sin embargo, no se consideró así,
resolviéndose que debía ‘antes que todo, atender a mi salud’. Se me cerró el
acceso al Congreso.
Después supe que ocurrió lo mismo a otros
antiguos dirigentes que, encontrándose en Santiago, fueron notificados
que por razones de ‘seguridad’ habían inducidos a dejarlos de lado”. (Millas,
Orlando: “Memorias 1957 -´1991. Una Digresión”, página 42)
MURIÓ EN EL
DESTIERRO
Con fecha 12 de noviembre de 1991 escribió: “Muero
siendo militante del Partido Comunista de Chile y con la satisfacción de haber
dedicado mi vida al servicio de mi pueblo y alentando los ideales de la lucha
por la democratización y avance de nuestro país hacia el socialismo. No tengo
de qué arrepentirme y a esta altura me enorgullece haber honesto y leal… Siento
una satisfacción muy clara y categórica
de haber vivido, con miles y miles de magníficos compañeros y millones de
compatriotas, un valioso movimiento social al que tratado de servir con el
máximo de mis capacidades y ser leal sin
doblez alguna.”
El compañero Orlando Millas Correa murió en el exilio,
en Rótterdam, Holanda, el 26 de diciembre de 1991. Sus restos mortales fueron
traídos a la patria. Asistí a su velatorio en
el Círculo de Periodistas y concurrí a sus funerales realizados el 3 de
enero de 1992. Le rendí así mi homenaje a quien fuera, y es, un comunista ejemplar, uno de los que han
escrito la Historia de nuestro Partido.


















