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miércoles, 23 de abril de 2025

Los sueños y la esperanza de ser pueblo.

 



Comentario radial y escrito

 

 

 



Mi paisito lindo y flaco, Chile, lleva 203 años tratando de achuntarle a los reglamentos para ser considerado por la jurisprudencia, un país soberano.

Diez reglamentos se han escrito.

Me atrevo a decir, que ninguno ha ido en beneficio pleno y parejo, de todo el pueblo que lo habita.

Quizás será, porque tenemos pies de barro.

Nuestra soberanía, nuestra democracia, descansa en la codicia inmensurable de criminales aventureros dispuestos a morir, por tener la posibilidad de ser poderosos como sus realezas, a costa de los sueños y vida de los pueblos invadidos.

Es decir, somos las sobras de un genocidio venerado, planificado.

Hablamos de democracia, de soberanía, de derechos, y a la vuelta de un suspiro, una herencia rancia, oligarca, “cruza los dedos” riéndose, burlándose de los empeños de la razón.

Los años vuelan y los acontecimientos, serán recuerdos, siempre actual, siempre vivos en mis andenes.

Hemos existido en una misma geografía; geografía invadida, maltratada, sobreviviente, mentida, burlada por más de 485 años, y, seguimos como yanaconas, practicando la opresión que nos inculcaron de alta mar.  

¿Tendré que cantar como Atahualpa, allá, por el Toltén buscando a Julia Chuñil Catricura?

Chile, un Estado de Derecho, parece chiste.

El Panchulo, aprovecho un incendio en un Supermercado, se metió, y robo 3 kilos de carne, lo pillaron; todavía le están pegando.

Entre los palo y palo pal Panchulo, la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía, ponen en vitrina, el Orden Constitucional.

Y todo por un audio que se atraganta en el guargüero del pudiente, como papa al rescoldo, dejando al desnudo, lo que ha sido y es capaz la derecha política del país y de todos los países, para mantenerse en las alturas, sin perder ni los olores de los privilegios.

Se entiende, qué los primeros intentos de estructurar el estado, sus gobiernos, tienen que haber sido, re complicados.

Las encomiendas y sus cornetas, criollos y ocupantes, estaban muy preocupados por la cuestión oligarca de la tierra.

Para demostrar el apuro de los despojos, no podemos olvidar que el 50% de nosotros, somos mestizos.

Un mestizaje curioso, y, políticamente obligado, a punto de metralla, a ser ignorante, educado a ser lo que es.

Una nación que tiene una población en desarrollo de 489 años.

Se imaginan un Mestizo Alejo, en discusión con un Kast, un Kaiser.

De acuerdo con los calendarios hasta hoy vividos, la pega, para ser un país demócrata, soberano, la hemos hecho bien como las tristes.

Las causas entre otras pueden ser, que los calendarios nacionales, tienen que llevar una concordancia, con la fuerza propia, dialéctica, de las ideologías existentes en el planeta tierra.

Cuando digo planeta tierra, es para no olvidarme de los orígenes y de Hiroshima.

Un país, para ser soberano, necesita de la democracia, y, esta, para serlo necesita del poder político del pueblo.

Es decir, el poder político, es del pueblo y para el pueblo.

Y política, es el hacer del pueblo.

Mi paisito, se encamina nuevamente a un portón, que, solamente, una vez en su historia de república, logro entreabrir por 1000 días las esperanzas, el trabajo y los desafíos que conlleva la construcción de un nuevo modo de vivir, de un nuevo país.

Fue un periodo, que, se hace necesario recordar, aprender de él.

No tuvimos la capacidad política, critica, menos orgánica, de clase, de entender lo histórico que se había conseguido y que se estaba fraguando.

Le faltamos hediondo, a la población más vulnerable de nuestro país.

Y parece, que seguimos en la hebra.

Democracia le decimos, a la posibilidad de escoger, un representante único, en un espacio y geografía en donde la derecha y su centro político, son los dueños de micrófonos, televisión y de imprenta.

La izquierda, hasta hoy, tiene 5 representantes.

Cuando un pueblo no puede identificar por donde le duelen los callos, es fácil, terreno fértil para los cómplices de los sepultureros para poder encaramarse.

La conciencia de pueblo se transforma en un “cara o sello”.

Y, así, Maquiavelo tiene razón.

En esos 1000 días, no pudimos interpretar y aplicar un concepto de clase: “Dos pasos para atrás y uno para adelante”

Y, si te quedas crítico, si reflexionas, le fallamos a cientos de países pueblo, que nos miraban ansiosos de esperanzas.

Les fallamos.

Sin lugar a duda, hemos llegado a un andén bastante más complicado.

Tenemos que insertarlo en la dinámica actual de la lucha de clases.

Una lucha de clases, que no es solamente un enfrentamiento entre el que tiene y el que no tiene.

Aquí se degenera todo, la envidia, las ansias desenfrenadas de poder, la prostitución al conocimiento, la ignorancia, la epidemia brutal de mirar hacia abajo.

Y toda esta patota social, de clase, creyendo ser los dueños de la vida y de la muerte, desde reyes corruptos, riquerio, traficantes de muerte y vida, todo este fenómeno bestial que nos mata de a poquito, se arropan placientes y al acecho, en las grandes Empresas Trasnacionales y Multinacionales que se comen y controlan todo.

La Derecha Política, en cualquier país, son los embajadores de lo bestial, los Generales del Mercado, la extrema derecha, son solo sus perros de presa.

Este tiempo de hoy, en él que vivo me deja interrogante, mudo como una piedra.

¿Cuánto hemos aprendido de los porrazos, de los aciertos?

Según algunos, los comunistas chilenos, siguen siendo los malos de la película, los que se comían y quieren comerse a las guaguas, los que tenían planeado la danza de los cuchillos largos en contra de la bendita familia militar.

Esos que hoy, incentivan a la juventud, a respetar y solidarizar a los de la Habana, a los de la ciudad Ho Chi Minh, a los de Gaza, a los de Saná, a los de Polisario, a los de Managua, a los de Caracas, a los de Chiapas.

Esos comunistas, que, junto a otros, parientes de clase o de sentido común, logran romper con la ley Karin, un encatrado de infamias, que subyugaba el trabajo y su vida.

Instancia que lucha desesperada contra los de marrueco fácil, que, utilizando su género y posición laboral, de su ego machista, hacen del subalterno un objeto de fácil acceso.

Esos piratas, poderosos enajenantes, hacen del poder público un prostíbulo difícil, muy difícil de comprender, de entender.

Ellos van en yates y remunerados son por sus servicios, con victimas arrinconadas intelectualmente de Ucrania, de Argentina o de otras geografías de gobiernos en decadencia.

Esos comunistas que han logrado el aumento del salario mínimo, la equidad salarial y el cambio de la jornada laboral.

No quiero callarme.

Si hablamos de justicia, de democracia, de soberanía, de respeto.

Porque vive la muerte cobarde en Gaza, porque vive carajo. Y, entre mirar y no mirar, se vende cobre para la bala.

La soberanía, la visten todos los días con paños invisible. El que tiene misil ciego, va y viene por sus anchas.

La candidata de derecha, a la presidencia del país, Evelin Matthei expreso que el “Golpe de Estado fascista fue necesario”.

Es decir, el Estado de Derecho, depende del gustito del riquerio, de la fuerza de las armas, del crimen, y, no de la voluntad del pueblo expresado en las urnas.

Marta Ugarte te mira con mis ojos de tres sillas. Con miles de ojos, ojos de mil Rodrigo y 1000 Victor, con ojos de mil Reinaldas, con ojos de Lenin y de Conferencia.

Miles y miles de dolores, de angustias, desamparo y vulnerabilidad extrema.

Cuando yo era niño joven, el manifestar como sea el nazismo, el fascismo era prohibido, hoy, está de moda.

Se sientan en las cámaras legislativas de la mayoría de los países del mundo.

En Europa, se prohíbe conmemorar el 9 de mayo, día de la derrota formal del nazismo. Y en África, un 9 de mayo, Nelson Mandela se convertía en el primer presidente negro en un continente de negros.

Y hablamos de soberanía, de sentido común, de democracia.

A lo que hemos llegado.

Aquí me quedo, “por si las moscas”, como dijese Don Lucho.

Y como dijo el Chapulin:

“Que me sigan los buenos”

Alejandro Fischer Alquinta.

Estocolmo 20250421