lunes, 6 de mayo de 2013

EN EL 195º NATALICIO DE CARLOS MARX







El Círculo Virtual de Estudios Histórico-Políticos rinde homenaje a  uno de los más grandes pensadores de todos los tiempos, a Carlos Marx, con motivo de cumplirse  hoy  5 de mayo 195 años de su nacimiento.

Carlota Espina
Editora


5 de mayo 1818 – 5 de mayo 2013:  

     

 

       EN EL 195º NATALICIO DE CARLOS  MARX


                                                                         Iván Ljubetic Vargas

                         


Carlos Marx nació en la ciudad alemana de Tréveris, el 5 de mayo de 1818. Su padre era un abogado judío convertido al protestantismo. Su familia era acomodada y culta, Aunque no revolucionaria. Después de cursar sus estudios secundarios en Tréveris, siguió Derecho en las Universidades de Bonn y de Berlín, pero dedicándose especialmente a la  Historia y a la Filosofía. Al finalizar sus estudios universitarios en 1841, era un idealista hegeliano. En Berlín se incorporó al Círculo de los “hegelianos de izquierda”, que intentaban sacar de la filosofía de Hegel  conclusiones ateas y revolucionarias. Luego  Marx se trasladó a Bonn en 1842 con la intención de ganar una cátedra, lo que no consiguió.

LA GACETA DEL RIN

Los burgueses radicales renanos (de la región del Rin), que tenían ciertos puntos de contactos con los hegelianos de izquierda, fundaron en Colonia un periódico de oposición,  la “Gaceta del Rin”, cuyo primer número salió el 1 de enero de 1842. Uno de sus principales colaboradores fue Carlos Marx, que en octubre de 1842 fue nombrado redactor jefe del periódico, trasladándose de Bonn a Colonia. Bajo su dirección la tendencia democrática y revolucionaria de la “Gaceta del Rin” fue acentuándose.

El gobierno reaccionario ordenó el cierre del periódico. Entonces, Marx se dedicó a estudiar economía política.

SU FIEL COMPAÑERA

El 21 de mayo de  1843 se casó con Jenny von Westphalen, amiga suya desde la infancia.  Ella pertenecía a una reaccionaria familia de la nobleza prusiana. Su hermano mayor fue ministro de la Gobernación de Prusia durante una de las épocas más reaccionarias, de 1850 a 1858.

En 1843, Marx se trasladó a París, con la idea de editar allí  una revista de tipo revolucionario. Logró publicar un primer cuaderno de  “Anales Franco-Alemanes”. Fue el único que vio la luz.

Jenny fue una importante colaboradora de Marx. Era la primera en leer sus trabajos, escritos en una letra indescifrable, excepto para su esposa. Por eso, Jenny fue la encargada de “traducir” sus textos, pasarlos en limpio y enviarlos a la imprenta. Así, se convirtió en una de las primeras personas en comprender sus ideas. Dedicando su vida a luchar  junto a la clase obrera y participando incluso en las discusiones con el filósofo Ludwig Feuerbach y los anarquistas Proudhon y Bakunin.

Con razón, Eleanor, su hija menor, dirá posteriormente: “se casó mi padre con su amiga y camarada.”

En París conoció en septiembre de 1844 a Federico Engels. A partir de ese momento  fue su gran amigo y compañero. Ambos participaron en las actividades de los grupos revolucionarios de la capital francesa.


EL DURO EXILIO
La familia vivía de préstamos en Francia. Y la situación se agravó cuando Marx fue expulsado de París por revolucionario peligroso, en enero de 1945.  Se establecieron en Bruselas, Bélgica. Jenny siempre se preocupó de sacar las deudas, empeñando lo poco que tenían; pedía préstamos o adelantos de herencias a sus familiares. Soportaba las adversidades, las penurias. Ella no sólo había elegido a Marx como su marido, sino también eligió libre y concientemente, la lucha por la revolución proletaria.


EL MANIFIESTO DEL PARTIDO COMUNISTA
En 1847, Marx y Engels se afiliaron a la Liga de los Comunistas, una sociedad secreta.  Tomaron parte destacada en el II Congreso de esta organización,  celebrado en Londres en noviembre de 1847.  Fue en ese evento cuando se les encargó escribieran el programa de la liga
Marx, Engels y Jenny se sumergieron en la tarea. Ella trascribía, redactaba, opinaba. El resultado fue  el famoso “Manifiesto del Partido Comunista”, cuya primera edición apareció en Londres, en alemán, el 24 de febrero de 1848. Este es considerado el acta de nacimiento de la doctrina marxista.

“Esta obra –escribió Lenin- expone con una claridad y una brillantez   geniales, la nueva concepción del mundo, el materialismo consecuente aplicado también al campo de la vida social, la dialéctica como la más completa y profunda doctrina del desarrollo, la teoría de la lucha de clases y el papel revolucionario histórico mundial del proletariado como creador de una sociedad nueva, de la sociedad comunista”.

LA NUEVA GACETA DEL RIN
Al estallar la revolución de febrero de 1848, Marx fue expulsado de Bruselas. Se trasladó nuevamente a París, desde donde, después de la revolución de marzo, pasó a Alemania, quedándose en Colonia. Desde el 1 de junio de 1848 al 19 de mayo de 1849, apareció en esta ciudad  la “Nueva Gaceta del Rin”, que tenía a Marx como director jefe. Los planteamientos de Marx fueron confirmados por los acontecimientos revolucionarios de 1848 y 1849.

El 16 de mayo de 1849 fue expulsado de Alemania. Vivió un breve período en París, de donde fue expulsado después de la manifestación del 13 de junio de 1849. Se dirigió a Londres, donde pasó el resto de su vida.

Las condiciones de vida de la familia de Carlos Marx en el exilio fueron muy penosas. A no ser por la constante ayuda económica de Federico Engels, la familia habría sucumbido bajo el peso de la miseria. Tres de sus hijos murieron  en la infancia, en Londres, cuando atravesaban extraordinarias dificultades económicas. Sólo sobrevivieron a esos tiempos difíciles sus hijas Jennychen, Laura y Leonor.

MARX AMABA A SU FIEL COMPAÑERA
Marx amó profundamente a Jenny. En una carta que le escribió el 21 de junio de 1856 le decía: “Querida mía: De nuevo te escribo porque me encuentro solo y porque me apena siempre tener que charlar contigo sin que lo sepas ni me oigas, puedes contestarme... Te veo, siento, toda delante de mí, como de carne y hueso... 

“La separación temporal es útil y que la comunicación constante origina la apariencia de monotonía que lima las diferencias entre las cosas. Hasta las torres de cerca no parecen tan altas, mientras que las menuncias de la vida diaria, al tropezar con ellas, crecen desmesuradamente. Lo mismo sucede con las pasiones: los hábitos consuetudinarios  que, como resultado de la proximidad se apoderan del hombre por entero y toman forma de pasión, dejan de existir tan pronto desaparece del campo visual su objeto directo. Las pasiones profundas, que como resultado de la cercanía de su objetivo se convierten en hábitos consuetudinarios, crecen y recuperan su vigor bajo el mágico influjo de la ausencia.

“Así es mi amor. Al punto que nos separa el espacio, me convenzo de que el tiempo le sirve a mi amor tan solo para lo que el sol y la lluvia sirven a la planta: para que crezca. Mi amor por ti, cuando te encuentras lejos de mí, se presenta tal y como es en realidad: como un gigante; en él se concentra toda mi energía espiritual y todo el vigor de mis sentimientos.

“Adiós, querida mía, te mando a ti y a nuestras hijas miles y miles de besos. Tu Carlos”

TEÓRICO Y PRÁCTICO
Karl Marx se sobrepuso a las persecuciones y a la agobiante situación económica y escribió  numerosas obras, entre ellas  El Capital. Pero también actuó en la práctica como un revolucionario.
En la biografía escrita por su hija Eleonora Marx titulada “Mi Padre” escribe:
“El movimiento obrero llegaba a tener tal importancia que Marx pensó en realizar el proyecto que tanto le interesaba: organizar una Internacional Obrera a base de los países más adelantados de Europa y América. En abril de 1864, los trabajadores de distintos países se reunieron para manifestar sus simpatías por Polonia. En aquel acto se acordó fundar la Internacional, llevándose a efecto en Saint Martin’s  Hall  (Londres) el 28 de septiembre de  1864, bajo la presidencia del profesor Beesly. Se eligió un Comité o Consejo provisional y Marx redactó un llamamiento inaugural y unos Estatutos que no eran aún definitivos. En tal llamamiento pinta Marx la miseria de la clase obrera, miseria que se manifiesta incluso en épocas de prosperidad comercial, y pide la unión de esfuerzos a los obreros de todos los países. Como diez años antes en el  ‘Manifiesto Comunista’, el llamamiento contenía esta frase de Marx: ‘¡Proletarios de todos los países, uníos!’. Puntualizar la actividad de Marx en la Internacional, equivaldría a escribir la historia de ésta. Fue mi padre Secretario de las secciones proletarias de Alemania y Rusia en la Internacional y animador de los Congresos sucesivos. Los manifiestos, con excepción de uno o dos, desde el llamamiento inaugural a ‘La Guerra Civil en Francia’, fueron redactados por Marx.”

MUERE  JENNY Y POCO  DESPUÉS MARX
El 2 de diciembre de 1881 murió víctima de un cáncer su heroica y abnegada esposa, Jenny von Westphalen. Fue un golpe terrible para  Marx. Éste que desde su juventud fue aficionado a escribir poesías, al fallecer su compañera  le dedicó el “Soneto Final a Jenny”:

          Una cosa, pequeña, debo aún decirte:
          gozoso acabo esta canción de adiós
          las últimas ondas de plata van a buscar
          el aliento de Jenny para encontrar su alma.

          Saltando alegres por rocas y torres,
          corriendo a través de torrentes y lluvias,
          mientras las horas con el pulso vital
          buscan consagrar en ti su plenitud.

          Envuelto en el amplio manto de mi ardor
          elevado y brillante el corazón de orgullo,
          triunfalmente libre de fuerzas y presiones.

          Recorro con firmeza el espacioso terreno,
          el dolor se deshace ante tu cara luminosa
         y del árbol de la vida brotan los sueños.

A poco más de un año de morir su compañera, el 14 de marzo de 1883,  Marx, el principal creador de la doctrina marxista, se dormía para siempre en su sillón. Estaba por cumplir los 65 años de edad.


LO DESPIDE SU CAMARADA FEDERICO ENGELS
Los  funerales  de Carlos Marx se efectuaron en el Cementerio de Highgate, Londres, el 17 de marzo de 1883. Ante su tumba, su amigo y camarada, Federico Engels, pronunció un histórico discurso, en donde dijo:
“El 14 de marzo, a las tres menos cuarto de la tarde, dejó de pensar el más grande pensador de nuestros días. Apenas lo dejamos dos minutos solo, y cuando volvimos, lo encontramos dormido suavemente en su sillón, pero para siempre.

Es de todo punto imposible calcular lo que el proletariado militante de Europa u de América y la ciencia histórica  han perdido con este hombre. Muy pronto se dejará sentir el vacío que ha abierto la muerte de esta figura gigantesca.

Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana; el hecho, tan sencillo, pero oculto hasta él bajo la maleza ideológica, de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte, religión, etc.; que, por tanto la producción de los medios de vida inmediatos, materiales, y por consiguiente, la correspondiente fase económica de desarrollo de un pueblo o de una época es la base a partir de la cual se han desarrollado las instituciones políticas, las concepciones jurídicas, las ideas artísticas e incluso las ideas religiosas de los hombres y con arreglo a la cual deben, por tanto, explicarse, y no al revés, como hasta entonces se venían haciendo.

Pero no es esto sólo. Marx descubrió también la ley específica que mueve el actual modo de producción capitalista y la sociedad burguesa creada por él. El descubrimiento de la plusvalía iluminó de pronto estos problemas, mientras que todas las investigaciones anteriores, tanto las de los economistas burgueses como las de los críticos socialistas, habían vagado en las tinieblas...”

FUE ANTE TODO UN REVOLUCIONARIO
“Marx era ante todo un revolucionario. Cooperar, de este o del otro modo, al derrocamiento de la sociedad capitalista y de las instituciones políticas creadas por ella, contribuir a la emancipación del proletariado moderno, a quien él había infundido por primera vez la conciencia de su propia situación y de sus necesidades, la conciencia de las condiciones de su emancipación: tal era la verdadera misión de su vida. La lucha era su elemento. Y luchó con una pasión, una tenacidad y un éxito como pocos”.

ODIADO Y AMADO
“Marx era el hombre más odiado y más calumniado de su tiempo. Los gobiernos, lo mismo los absolutistas que los republicanos, le expulsaban.  Los burgueses, lo mismo los conservadores que los ultrademócratas, competían a lanzar difamaciones contra él.  Marx apartaba todo esto a un lado como si fueran telas de araña, no hacía caso de ello; sólo contestaba cuando la necesidad imperiosa lo exigía. Y ha muerto venerado, querido, llorado por millones de obreros de la causa revolucionaria, como él, diseminados por toda Europa y América, desde las minas de Siberia hasta California.

Y puedo atreverme a decir que si pudo tener muchos adversarios, apenas tuvo un solo enemigo personal. Su nombre vivirá a través de los siglos, y con él su obra”.

Así finalizó sus palabras, Federico Engels, su amigo y compañero, el 17 de marzo de 1883,  en el Cementerio Highgate, en Londres.   







       quiqu